28/03/2020

Confinados

Seguimos, una semana más en casa, el mejor lugar para estar, para protegernos y proteger a los nuestros y a los mayores. Ayudando, responsablemente, a prevenir, para que no se extienda esta corona que se nos ha instalado, como reyes que hemos creído ser de éste planeta.

Reyes, a los que lo más pequeño de la naturaleza, un virus, ha obligado a parar en la loca carrera de vida que llevábamos. ¡Toda una lección de la vida! Extraño ver las calles vacías en todo nuestro país... Muchas cosas se están escribiendo, en estos días, sobre la crisis que vivimos. Profecías, soluciones, críticas, previsiones y mucho más.

Yo ya no leo nada, me quedo con los hechos, con la solidaridad de las gentes, con los mensajes de esos amigos, casi olvidados que me llegan, con el aplauso de las 20 horas para agradecer a los que luchan por curar, cuidar, a los enfermos de la pandemia.

Y vivo, no semana a semana, no día a día, no hora a hora, sino minuto a minuto. ¡Cuanto tiempo libre nos ha concedido la pandemia esa! Esto que es una crisis mundial de todo el planeta, es también una crisis personal. Cuanto antes aprendamos la lección única e íntima que nos trae, a cada uno de nosotros, antes saldremos de ella. Por eso nos han dado tiempo. Para realizarlo.

Y, como tengo tiempo, cuando puedo, agradezco: a los empleados del supermercado del barrio, a Tito y su gente, que se mata porque tengamos los suministros necesarios todos los vecinos y; al resto de personas que cuidan del barrio. Y con éste tiempo libre que nos han regalado, me quedo con la sonrisa de los ancianos del barrio cuando les llevan, llevamos, el pan o aquello que necesitan. Me quedo con eso.

Me quedo con todas esas pequeñas cosas y con los minutos vividos. Y no son uno menos. Uno más para ser, aprender, vivir, servir y compartir. A quedarse en casa... A entrar dentro de nosotros y ver las lecciones que nos trae la corona. Pronto, volveremos a ser, no reyes, sino almas, más llenas de luz.

Rezo por los enfermos y por todos los que les ayudan. Y rezo porque aprendamos la lección. Si no, la próxima, será más dura. A quedarse en casa, y a disfrutar. La luz al final del túnel ya está más cerca. Os dejo unidos en ese Espacio en Blanco que nos comunica, alma a alma, con todos. Ojala sea así.

Feliz y aleccionadora semana

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