16/03/2019

Aún hay esperanzas

Esta semana las noticias recordaban la tragedia de Siria. Algunos la llaman: La primera guerra mundial del siglo XXI. Juan Carlos Sanz, desde Jerusalén, escribía para el País Internacional:

Siria entra en su noveno año de guerra marcada a sangre y fuego por al menos 370.000 muertos, decenas de miles de detenidos y desaparecidos, la escisión de un tercio de su territorio, el desplazamiento forzoso de la mitad de sus 22 millones de habitantes y arrasada por una devastación evaluada por la ONU en más de 300.000 millones de euros, que arroja a la mayoría de la población bajo el umbral de la pobreza.

Juan Carlos Sanz

Y Ricard Grácia en el Periódico decía en el mes de Septiembre del 2018:

Tras siete años y medio de combates y bombardeos, Siria está en ruinas. Sufre el conflicto más cruento de los que estallaron con las revueltas y revoluciones incluidas en el concepto de "primaveras árabes". Al menos 465.000 sirios han muerto, más de un millón han resultado heridos y 12 millones han huido forzosamente de sus casas. "Si el conflicto no termina pronto, éste podría ser el fin de Siria tal como la conocemos", sentenció António Guterres cuando acababa su mandato como Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), a finales del 2015.

Ricard Grácia

Aniversarios de guerras que continúan... Páginas de diarios, noticias en televisión, recuerdan hoy la guerra, pero no reflejan el drama personal de esos miles de heridos, desplazados, hoy, casi olvidados. Cientos de miles de muertos que no significan nada. Y lo que se creía que iba a durar poco, lleva ya 8 años. Muchos ya se frotan las manos con esos más de 400.000 millones de euros que va a costar la reconstrucción del país...

Todo comenzaba, con la llamada "Primavera árabe"... Y otra primavera... años más tarde salta a las noticias:

Una joven sueca, la llaman activista, de 16 años, Greta Thunberg que en agosto pasado inició una huelga escolar todos los viernes para protestar contra el calentamiento global, ha convertido su inquietud personal en un movimiento planetario. Los jóvenes han salido a la calle este 15 de marzo en más de 2.050 ciudades de 123 países. Lo han hecho con un mismo mensaje: la exigencia de cambios inmediatos en materia de política medioambiental. Y si antes se protestaba para salvar la Tierra, que también, ahora se trata, simplemente, de tener un futuro. De supervivencia.

Menos mal que aun hay jóvenes que no se han idiotizado, todavía, con las pantallas de los móviles y de las tabletas, con los juegos absurdos, con los mensajes que pretenden matar su conciencia. Gracias Greta. Ojala sirvan de algo esas voces de jóvenes que reclaman su futuro. Nuestro futuro. ¡Aún hay esperanzas!

Feliz nueva primavera. Feliz semana.

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